¿Cuál es la diferencia entre un limpiador biodegradable y uno no biodegradable?

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¿Utilizarías un limpiador convencional, consciente de que algunos de sus ingredientes pueden contaminar el agua de ríos o los suelos de tu entorno? Seguramente no, al igual que muchas personas que comprenden cada vez más el impacto que pueden tener muchos químicos tóxicos en el medio ambiente. Hoy entendemos, por ejemplo, que químicos como el amoníaco, el laurilsulfato sódico o el cloro, pueden contaminar severamente fuentes de agua de la que se benefician los animales, las plantas o, incluso, los propios seres humanos.

También hay cada vez más campañas que enfatizan los riesgos que supone una crisis climática para el planeta, producto de las emisiones de CO2 a la atmósfera, la contaminación por plásticos y muchos otros factores. En gran medida, esto ha provocado que los productos de limpieza ecológicos se conviertan en una excelente alternativa, sobre todo para las personas que quieren garantizar una limpieza efectiva de su hogar, pero sin poner en riesgo el medio ambiente y la salud del planeta.

Sin embargo, muchos entienden las razones que deben moverlos a utilizar productos amigables con el medio ambiente, aunque no entiendan muy bien algunos conceptos asociados, como son los productos biodegradables. ¿Sabes qué diferencia a un producto biodegradable de uno que no lo es? Si quieres averiguarlo, te invitamos a seguir leyendo y enterarte de qué se trata y cómo puede beneficiarte tanto a ti como a tu entorno, así como al medio ambiente.

¿Qué es un producto biodegradable?  

Sin duda hoy las personas están mucho más informadas que hace una o dos décadas atrás, respecto a la importancia de preservar el medio ambiente, así como de los riesgos que tiene para nuestra salud  el uso de productos limpiadores elaborados con químicos agresivos y tóxicos. Pero todavía hay muchos conceptos que aparecen en las etiquetas de los limpiadores y desinfectantes ecológicos que tendemos a asociar con significados distintos al que realmente tienen. Es el caso de los productos biodegradables.

Si nos vamos por una definición técnica, un biodegradable está asociado siempre a una sustancia, y esa sustancia tiene que tener características que le permitan ser degradada por la acción de un agente biológico. Para que lo veas más claro, una cáscara de banana es biodegradable, porque al ser descartada en la basura hay agentes biológicos, como bacterias y hongos, que se ocupan de convertir la cáscara en elementos naturales que pueden ser absorbidos nuevamente por el ecosistema de la tierra, en un lapso aproximado de 4 a 6 meses.

Al igual que la cáscara de banana, también hay sustancias químicas biodegradables. Sin embargo, en este último caso, hay factores como el equilibrio de la molécula, el medio donde interacciona y la biodisponibilidad para la acción de los agentes biológicos, que pueden hacer que estos químicos tarden más o menos tiempo biodegradarse. Sin contar que también la biodegradación de algunas sustancias químicas puede ser utilizada para la generación de energía o la creación de otras sustancias, como organismos, aminoácidos o tejidos.

Por lo tanto, desde una perspectiva más amplia, los biodegradables son productos, alimentos o materiales que, con el tiempo, pueden descomponerse en elementos esenciales como, por ejemplo, el oxígeno, el carbono o el silicio. De esta forma, pueden pasar a formar parte nuevamente del ecosistema terrestre.

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¿Qué diferencia a un limpiador biodegradable de uno no biodegradable?

Hay varios elementos que pueden ayudarte a determinar si un producto limpiador es biodegradable o no, entre ellos están los que mencionaremos a continuación:

Los componentes de su fórmula

Los limpiadores convencionales que se han fabricado por años, tienen entre sus componentes principales una gran variedad de químicos tóxicos que no son biodegradables y que, a menos que seas un químico, es imposible que sepas qué son. Entre los más comunes están los ftalatos, cloro, amoníaco, percloroetileno (PERC), limoneno, laurilsulfato sódico e hidróxido de sodio.

Aparte de eso, muchos de estos químicos tóxicos provienen de la industria petroquímica y, como bien sabes, el petróleo no solo es un recurso escaso, no renovable y costoso, sino además es responsable de las emisiones de gases a la atmósfera que, al final, son los que desencadenan el conocido efecto invernadero.

Por el contrario, los componentes con los que son formulados los limpiadores ecológicos son de origen natural. En algunos casos contienen vinagre, bicarbonato de sodio, o aceites extraídos de plantas que son completamente biodegradables y, además, no son nocivos para la salud ni para el medio ambiente.

El empaque que utilizan

A pesar de que algunos limpiadores elaborados con químicos tóxicos pueden conseguirse en envases reciclables, reutilizables o, incluso, biodegradables, todavía hay muchos fabricantes que utilizan los empaques de plástico corriente. Por lo tanto, los daños que pueden causar estos productos al medio ambiente no son únicamente por su contenido, sino también por la contaminación que generan sus empaques, una vez que se convierten en basura.

En cambio los limpiadores ecológicos que tienen una certificación de producto biodegradable, por lo general, además de estar elaborados con componentes naturales y biodegradables, también cuidan que sus empaques sean biodegradables, compostables, reciclables o, en todo caso, reutilizables.

Requieren menos tiempo para degradarse

Si bien puedes encontrar limpiadores que te digan que son biodegradables, el problema puede estar en que no siempre todos los componentes de su fórmula se degradan en la misma cantidad de tiempo o, incluso, puede ser que algunos de sus ingredientes no sean biodegradables.

De allí lo importante de buscar aquellos productos limpiadores que indiquen en sus etiquetas que son fácilmente biodegradables o 100% biodegradables, mediante un sello o una certificación reconocida. De esa forma, puedes estar seguro que sus componentes se pueden degradar en la misma cantidad de tiempo o, al menos, que todos son biodegradables y volverán a ser parte del ecosistema, sin afectar el medio ambiente.

Por ejemplo, un producto limpiador que cumpla con los criterios de “Todo el Producto Fácilmente Biodegradable” o “Whole Product Readily Biodegradable”, establecido en la norma australiana AS4351 o en sus equivalentes internacionales OECD 301A-301E e ISO 7827, está garantizando que todos los componentes presentes en la fórmula de su producto se van a degradar en 28 días.  

Con toda esta información, seguro es menos probable que vuelvas a confundir los términos biodegradable y ecológico, aunque coincidan en varios puntos. Pero lo más importante, es que puedas entender cómo un producto limpiador biodegradable puede beneficiar tanto tu salud y la de tus seres queridos, como a la protección del medio ambiente. ¿Quieres ser parte de esta nueva tendencia en productos de limpieza? Entonces tienes que probar la línea de fórmulas limpiadoras ecológicas de Teza, elaboradas con ingredientes naturales y 100% biodegradables. Ingresa aquí mismo a nuestra tienda en línea y has tu pedido, o consíguelos en tu supermercado o tienda favorita.