Mantener limpio el hogar es una tarea importante que, aunque a muchos no nos agrade, debes hacerla tanto por tu salud como la de tus familiares. Pero también debes tener en cuenta que esta actividad tiene sus propios riesgos y que no debes menospreciarlos por el hecho que la limpieza parezca algo sencillo. ¡No te equivoques!
Podrías estar manchando tu mesa de comedor de madera, en lugar de limpiarla. O puede que estés opacando el tope de granito de tu cocina o manchando la pantalla de tu televisor nuevo, solo por utilizar los limpiadores inadecuados. Incluso pudieras estar dañando tu salud, al mezclar limpiadores químicos que producen vapores nocivos para tu organismo. Y así una lista infinita de errores que podrías estar cometiendo sin darte cuenta.
Incluso debes prestar atención al uso correcto de utensilios de limpieza. No es lo mismo que uses una esponja metálica para limpiar un sartén de hierro fundido que utilizarla para un sartén con cubierta de teflón. O aún peor, podrías estar rayando y manchando la superficie de acero inoxidable de tu cocina o tu refrigerador, solo por usar una esponja abrasiva.
Sin embargo, la idea no es que esto te asuste, sino que comprendas que hay ciertos detalles a los que debes prestar atención a la hora de limpiar, a fin de evitar o al menos reducir esos errores comunes que suelen, incluso, repetirse en la limpieza del hogar. Por eso te hemos hecho esta lista con los siete errores clásicos que suelen cometerse en casa cuando llega el momento de limpiar. ¡Pon atención y no dejes de aplicarlos!
1. No dejar que el limpiador haga efecto
La prisa y la vida acelerada que todos tenemos, a veces nos impide hacer ciertas cosas como es debido. Una de ellas es tener paciencia a la hora de limpiar. Por eso es común que las personas rocíen o apliquen un limpiador a una superficie y, sin siquiera esperar a que se asiente o haga efecto, lo retiran con un paño.
De esa forma, no estas dejando que el producto despliegue su efecto limpiador o saque la mugre y la suciedad de donde están atrapadas. Lo recomendable es que verifiques en la etiqueta de tu limpiador, el modo de uso sugerido por el fabricante. Así sabrás las superficies donde lo puedes usar, el tiempo que debes dejarlo reaccionar una vez aplicado y cuál es la mejor forma para retirarlo. Si lo haces de esa manera, le darás tiempo al producto no solo para que limpie, sino también para eliminar las bacterias y gérmenes que puedan estar en esa superficie.
2. Mezclar limpiadores
Este tipo de error no solo puede ser inconveniente sino, incluso, muy peligroso para tu salud. Y es que a veces creemos que al combinar uno o más limpiadores estamos simplemente sumando capacidad de limpieza y, de ese modo, conseguiremos que algo quede realmente limpio. Pero no es así, en especial cuando no sabemos qué químicos o qué tipo de componentes estamos combinando.
Por ejemplo, nunca debes mezclar lejía con amoniaco, vinagre o alcohol, ya que puede generar una reacción química y desprender vapores que pueden irritar tanto la piel como los ojos y otras mucosas. Incluso mezclar vinagre con agua oxigenada puede ser muy peligroso, ya que estarías creando ácido peracético, un compuesto orgánico altamente corrosivo e irritante de la piel, ojos y sistema respiratorio. Incluso una exposición severa a este ácido puede causar daño permanente en tus pulmones.
Sin embargo, el peligro puede ser aún mayor si intentas mezclar limpiadores químicos tradicionales, sin saber la reacción que pueden generar muchos de sus componentes. Solo toma cualquiera de estos productos, revisa sus etiquetas y te darás cuenta de la innumerable cantidad de químicos que pueden tener y que podrían reaccionar con los de otros limpiadores convencionales. Incluso verás señales de advertencia que te indican que son corrosivos, dañinos para la piel o irritantes de las mucosas. ¡No es algo con lo que debas jugar!
Por eso, lo mejor que puedes hacer es utilizar productos de limpieza con ingredientes naturales que son más seguros y limpian igual de bien que los productos químicos tradicionales.
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3. Querer limpiar todo a la vez
No tienes energías infinitas, así que mejor dosifica el esfuerzo y no te agotes con la limpieza. Trata de organizar las tareas para que te resulte un poco más agradable esta actividad y no te sientas abrumado por la cantidad de cosas que tienes que hacer.
Puedes programar más seguido las tareas pequeñas y dejar las tareas más grandes para uno o dos días de la semana. De esa forma tendrás todo limpio y no se te acumularán las tareas. También puedes tratar de limpiar de arriba hacia abajo, como sugieren los expertos. Por ejemplo, comienza por los gabinetes más altos de la cocina, sigue con los más bajos y, finalmente, limpia el piso. Así el polvo y el agua sucia no caerán sobre los espacios limpios, percibirás mejor el resultado de tu trabajo y tu hogar se verá reluciente.
4. Usar limpiadores ácidos en superficies de granito
Si quieres que tus encimeras o mesones de granito brillen y se mantengan así siempre, solo aleja de ellos los limpiadores naturales que sean muy ácidos. Si los usas, no solo acabarás con el atractivo natural de estas superficies, sino que les causarás daños irreparables.
Lo recomendable es que uses productos de limpieza naturales hechos para piedra porosa y, antes de aplicarlo a toda la superficie, probar en una pequeña área y ver cuál es el resultado que obtienes. También debes evitar productos multiuso, ya que podrían tener un efecto adverso o incluso ninguno sobre este tipo de materiales.
5. Abusar de las esponjas “magic eraser”
Los borradores mágicos o “magic eraser” son excelentes para limpiar varias superficies, con resultados impresionantes. Pero su efecto es desastroso sobre superficies brillantes, como el exterior de microondas y refrigeradores que tienen acabados en pintura brillante. Incluso deberías evitarlas para limpiar pisos de madera o encimeras de granito, mármol o cualquier otra piedra, ya que en todos los casos la superficie la tornará opaca.
Y si bien puede que te indiquen su uso para limpiar manchas de creyones, colores o lápiz de paredes, debes tener cuidado que la pintura aplicada a esta superficie no sea brillante o semibrillante.
De otro modo, estas esponjas tienen infinidad de usos, desde limpiar la cocina de residuos quemados, limpiar la lechada entre los azulejos del baño o retirar las acumulaciones de calcio de la grifería de la cocina, hasta eliminar marcador permanente del escritorio o eliminar óxido de superficies metálicas.
6. Postergar las tareas de limpieza
Tal vez la limpieza no sea una prioridad en tu vida, pero esperar mucho también la hace más difícil y te exigirá más tiempo y esfuerzo. Eso no lo dudes. Sobre todo no descuides los espacios más pequeños y de difícil acceso de la casa, como los marcos de las ventanas, las persianas, las esquinas del techo y muchos otras áreas. Con el tiempo estos espacios pueden atraer mucha suciedad y le añadirá un aire de descuido a tu hogar.
Y seguro dirás que es un fastidio, pero podrías hacerlo menos abrumador si divides estas tareas de limpieza en partes que puedas manejar y que se ajusten a tu disponibilidad. De esa forma, puedes lograr un ciclo constante de limpieza y te aseguras que todas las áreas de tu hogar reciban la misma atención, incluso las zonas menos accesibles y que siempre se dejan en el olvido.
7. Limpiar las ventanas con esponjas abrasivas
Si las ventanas de tu casa tienen manchas y quieres salir de ellas rápidamente, lo mejor es que recurras a productos de limpieza adecuados para este fin. Pero por ningún motivo intentes hacerlo con esponjas abrasivas, a menos que quieras tener un vidrio rayado, que pierda su brillo y transparencia natural, para siempre.
Evita también el uso de limpiadores multipropósito o aquellos que no sean recomendados por el fabricante para la limpieza de ventanas, espejos o vidrios. En ese caso, podemos sugerirte utilizar un limpiador natural como el vinagre que te permitirá eliminar manchas y la suciedad de este tipo de superficies, sin problemas y sin los riesgos que puedes tener con productos de limpieza tóxicos.
Y para que obtengas un mejor resultado con tus ventanas, los expertos sugieren que primero apliques la solución de limpieza que prefieras, las esparzas por toda el área y, por último, uses una escobilla de goma para retirar el limpiador. De esa forma, evitarás dañarlas y obtendrás un excelente acabado.
Seguro con lo leído hasta aquí ya tienes una mejor idea de cómo limpiar tu hogar sin tanto problema y sin caer en estos errores. Así que no tienes excusa para seguir postergando estas tareas. Con algo de organización y con estas y muchas otras recomendaciones, lo puedes lograr. Y recuerda que siempre puedes limpiar más fácil y rápido tu hogar, utilizando la gama de limpiadores ecológicos Teza, elaborados con ingredientes naturales y 100% biodegradables.
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